Las finas columnas de granito de los soportales que rodean la plaza reflejan, desde el final de la Edad Media, el alma de la villa. 

Una columna de la Plaza ocupa un lugar de primera importancia en una de las grandes obras de la Literatura castellana: El Lazarillo de Tormes. Identifica el lugar preciso y cumple con el rito.

Haz como el Lazarillo de Tormes y libérate de las ataduras que te limitan. No te vayas de Escalona sin hacer el “Rito del Cabezazo” en el mismo lugar que le permitió abandonar a su amo.

En uno de los extremos de la plaza está la Casa del Concejo. Se inauguró en 1484 y durante 500 años fue la sede del Ayuntamiento de Escalona. Sin embargo las columnas que forman su pórtico tienen su propia historia.

Observa bien el capitel de la columna central de la Casa del Concejo (la que está justo debajo del reloj) porque tal vez tengas la oportunidad de observar una “aparición”.

Hubo en el Castillo un “Tesoro de Escalona”, guardado en cofres llenos de monedas y joyas. Pero la Plaza guardó -y sigue guardando- el “otro” gran Tesoro de Escalona: sus manuscritos. Una valiosa colección de documentos que desde la Edad Media guardan sus secretos.

El centro de la plaza está ocupado por el kiosco de música. Por supuesto, no es medieval, pero sí habla de otra de las aficiones de los habitantes de Escalona.

Habrás observado que toda la parte central de la Plaza es de tierra. No se trata de que esté pendiente de pavimentar. Es que esta tierra forma parte de la identidad de esta plaza... y de este pueblo. Es su “corazón de arena”.