El corazón de arena

¿Qué ves en la imagen?... Si das con tus huesos en esta plaza un día que llueva con fuerza, resguárdate en los soportales y observa. Verás cómo 500 años después del Lazarillo de Tormes, se siguen formando aquí los arroyos que dieron vida a su escena más famosa. Y luego, cuando deje de llover, durante un par de días todavía podrás ver su efímera huella en la arena de la plaza. Como si se tratase de un guiño cómplice para quienes estén dispuestos a mirar más allá de lo que ven los ojos. Es el más íntimo, el más simple y el más profundo de los homenajes que nadie hubiera podido imaginar...

Pero esta arena siempre fue mucho más. Lugar de mercado, de reunión, de ejecuciones, de fiestas... y de suelta de toros, una de las grandes tradiciones de la villa. Desde la Edad Media no había fiesta que mereciese tal nombre si no iba acompañada de la suelta de toros. Y las ventanas y balcones de la plaza estaban en parte pensados para disfrutar del espectáculo.

La costumbre se ha mantenido durante siglos y sigue viva hoy, en las Fiestas del mes de agosto, la arena de la plaza es el corazón de la fiesta, y la suelta de toros a primera hora de la mañana es el acto que inicia las festividades del día... o el que termina las del día anterior... según cada cual... El encierro baja por la calle de San Miguel y durante una hora los toros están en la plaza. Eso sí hoy no son toros bravos, sino vaquillas que luego se devuelven al corral, porque por encima de todo aquí los toros son una ocasión para compartir y participar.

El último en llegar

En el centro de "la Arena" te encuentras con el último protagonista en llegar a La Plaza: el kiosko de música. Es de principios del siglo XX y ha demostrado ser además muy versátil, no sólo como escenario desde el que escuchar a la banda, sino también como lugar desde donde tener una visión panorámica de la propia Plaza, como sala de exposiciones, como lugar donde protegerse de las vaquillas en los encierros del verano o como espacio de honor donde recibir a los Reyes Magos en su visita anual a Escalona...