Una fachada donde nada parece estar en su sitio

Una puerta de entrada absolutamente descentrada con una pequeña ventana a su lado abierta casi a ninguna parte; otra ventana casi perdida en medio del muro, como dejada caer y, eso sí, en medio del tejado, una deliciosa espadaña de ladrillo con una pequeña campana, que casi huele a mar... aunque no haya casi en toda España un lugar que lo tenga más lejos...

Y para rematar la faena, la torre campanario, fuera de la iglesia, como si alguien la hubiese colocado provisionalmente sobre la propia muralla y ahí se hubiera quedado...

Sin embargo nada de eso es caprichoso. Lo que esa fachada te cuenta es que aquí hubo una iglesia bastante más pequeña que debió ser ampliada para convertirse en Colegiata... 

La iglesia original ocupaba la parte más a la izquierda de la iglesia actual, y por eso la puerta está descentrada hacia ese lado. La parte derecha se construyó después, pero no es exactamente simétrica. Por eso, cuando entres en la iglesia comprenderás que la ventana que ves por fuera como perdida en medio del muro, no lo está en absoluto. Está en el centro del coro, en la nave central.

Si te alejas un poco de la fachada puedes ver lo que oculta: los tejados de las distintas partes que forman la iglesia, casi como si fueran edificios independientes.

Según vayas rodeando la iglesia irás viendo sus diferentes almas...