1 El Infante don Juan Manuel (1282-1348). El príncipe escritor

Nació en el propio Castillo en 1282, apenas un año después de que el rey Alfonso X el Sabio entregara Escalona a su padre. Ha pasado a la Historia como uno de los grandes nombres de la Literatura castellana. Pero antes fue un incansable conspirador y guerrero. Hizo del Castillo una máquina de guerra invencible... y la puso a prueba cuando le declaró la guerra al rey Alfonso XI. El rey vino en persona a intentar asaltarlo... y el Castillo pasó la prueba con nota...

2 Don Álvaro de Luna (1390-1453). El poderoso y desmedido seductor

Sobrino-nieto del Papa Luna, Condestable de Castilla y favorito del rey, llegó a ser el hombre más poderoso del reino. Con él Escalona vivió su "Época de Oro". Hizo del Castillo la sede del Estado señorial más importante de Castilla. El rey (Juan II, padre de Isabel la Católica) tenía aquí habitaciones siempre a su disposición, y estuvo viniendo durante casi 20 años. También intrigante y guerrero, don Álvaro organizó las fiestas más suntuosas e hizo del Tesoro de Escalona algo legendario. Su enorme poder le generó muchas (e importantes) enemistades. Murió decapitado en Valladolid y su cabeza fue clavada en una pica... a instancias del rey... y de la reina...

3 Don Juan Pacheco (1419-1474). El sublime conspirador

Como el anterior, fue el favorito del rey (en este caso, del primogénito de Juan II, el dubitativo Enrique IV), y también, conspirador y guerrero. Dedicó buena parte de su vida a intrigar contra don Álvaro de Luna y finalmente contribuyó a su caída. Fue el primer Marqués de Villena y además Enrique IV creó para él y sus descendientes el Ducado de Escalona. Capaz de organizar los mayores conflictos simplemente para solucionarlos en su propio beneficio, apoyó alternativamente a la princesa Juana (“la Beltraneja”) y a Isabel (“la Católica”) como sucesoras de Enrique IV. Finalmente murió unos pocos meses antes que él, siendo el máximo valedor de Juana.

4 Don Diego López Pacheco (1447-1529). El batallador “iluminado”

Segundo Marqués de Villena y segundo Duque de Escalona. Como hijo y sucesor del anterior, lideró la defensa de la princesa Juana en la guerra civil que se declaro a la muerte de Enrique IV. El poder del señor de Escalona era tal que su derrota no le impidió obtener los máximos honores y reconocimientos tanto de manos de los Reyes Católicos como luego del emperador Carlos V. En el final de su vida, él y su esposa vivieron una época de gran espiritualidad, siempre en el borde de una delgada línea roja entre lo tolerado y lo prohibido... que llegaron a traspasar...

5 El Lazarillo de Tormes (1554). El pícaro liberado

Es el único de todos ellos que es de ficción pero su vida parece más real que la de cualquiera de los otros. Los soportales de la Plaza de Escalona son el lugar donde está ambientado el final del primer libro de la obra, cuando Lázaro vivió uno de los momentos culminantes de su peripecia al abandonar para siempre a su amo ciego, inconsciente en el suelo, tras hacer que se golpease la cabeza con una de sus columnas.

… y siempre... Los Reyes de Castilla

En su origen los reyes de Castilla fueron los propietarios del Castillo pero en varias ocasiones lo cedieron a los que eran sus hombres de la máxima confianza, lo que acabó por hacer de Escalona una auténtica Corte alternativa. Curiosamente (o no), todos los señores de Escalona se rebelaron contra su rey, lo que hizo que hubiera dos monarcas que vinieron con sus ejércitos tratando de asaltar el Castillo. Ninguno lo consiguió.