El Puente Levadizo

Hoy todavía puedes ver la base de aquel puente. Aquí puedes hacerte una idea de cómo era de ancho... y de largo. La estructura que sujetaba el puente nacía sobre el arco y el pilar que ves y terminaba al otro lado del foso. Ahí estaba una de las puertas de la villa. Toda ella estaba rodeada por una muralla que se conserva en su mayor parte, pero que en esta parte ha desaparecido.

¿Un camino hacia ninguna parte?

Tal vez te hayas dado cuenta de que el puente levadizo y la puerta del castillo no están alineados, como si el puente cruzase el foso camino de ninguna parte. De hecho, entre el lugar al que llega el puente y el lugar en el que está la puerta hay una torre albarrana que los separa. Esto no significa que alguno de ellos se cambió de sitio. Es un elemento de defensa adicional. En el caso de que algún asaltante hubiera podido atravesar el puente levadizo desde la villa, se encontraría en el punto “más caliente” de la ratonera que era el camino de ronda interior.

Para llegar hasta la puerta del castillo aún debería girar a la izquierda, pasar por debajo de la torre albarrana que ves y tratar de asaltar la puerta sin espacio para tratar de derribarla con un ariete. Y todo ello mientras era atacado por todos los costados, desde la propia torre albarrana, desde la torre del castillo y desde lo alto de la puerta...

Cosas de otros tiempos

A la derecha del puente levadizo (según lo miras de frente) están las dos últimas torres albarranas. Aquí tienen un aspecto un poco menos guerrero, incluso con grandes ventanas y hasta el recuerdo de un tejado.Pero no te engañes. Jugaron el mismo papel que las otras. Lo que ocurre es que, pasados los ardores medievales, el castillo vivió tiempos tranquilos y las torres de este lado se aprovecharon para ampliar el palacio, que ocupaba esta parte de la fortaleza.