Un foso artificial muy empinado hacía mucho más altas las murallas y las torres en los lugares que no daban al risco
Delante de las dos primeras torres todavía puedes ver el aspecto original y podrás entender cómo funcionaba para el conjunto del castillo. Mira cómo emergen del suelo las torres albarranas y cómo parece que miran desafiantes hacia un supuesto enemigo. Como si el castillo estuviese saliendo de la misma tierra. Hacia la izquierda, el foso se fundía de forma natural con el risco, por lo que a partir de este punto ya no eran necesarias más torres albarranas.
Hacia la derecha el foso continuaba más o menos de la misma forma que delante de las dos primeras torres. Pero como ves, llega un momento en el que el nivel del suelo sube y el foso llega a desaparecer. Esto se debe a que en el siglo XIX el foso fue rellenado para construir la actual carretera. Por eso, para comprender mejor cómo funcionaba deberías mentalmente continuar el desnivel original, imaginando que la tercera torre arrancaba mas o menos como las dos anteriores.
El camino exterior
Los altos arcos de las torres albarranas permitían que por debajo de ellos corriese un camino de ronda. Este camino estaba cerrado hacia el exterior por un muro de piedra más bajo que las murallas, que se extendía paralelo a ellas sobre el borde del foso. En esta parte del castillo este muro ha desaparecido casi por completo, pero si observas con atención, todavía puedes ver su base.
A pesar de su aparente sencillez, este pequeño muro era en realidad el tercer mecanismo de guerra del castillo, y podrás verlo mejor desde el siguiente punto, donde todavía sigue en pie. Entonces entenderás mejor su función. Ahora simplemente tenlo en cuenta para saber que el camino que ves era en realidad un camino de ronda medio interior medio exterior. Este camino permitió que el arco de la primera torre se convirtiera en una especie de “puerta de atrás” del castillo. Una puerta que se usaba para entrar o salir de él de forma discreta, pero no era un acceso directo al interior.
Cuando se entraba por ella había que rodear toda la fortaleza por el camino de ronda hasta llegar a la puerta principal del castillo, que estaba casi en la parte opuesta, tal y como verás luego. El hecho de que fuera una puerta trasera no significa sin embargo que fuera poco segura. Si alguien hubiera conseguido entrar por ella a la fuerza, se habría metido en una auténtica ratonera, encerrado en un pasillo estrecho de más de 100 metros de largo y atacado por todos los costados. Le habría sido imposible llegar a la puerta de entrada. De hecho, nunca ocurrió.
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